Mediación familiar

Mediación familiar

Mediación familiar

La mediación familiar es uno de los posibles ámbitos de aplicación de la mediación, como método alternativo de resolución de conflictos.

Los procesos de mediación familiar implican un enfoque sistémico donde se trabaja con un sistema sociofamiliar (formado a partir de dos personas), y se basa en los principios de voluntariedad, transparencia, y respeto mutuo.

En cualquier caso, se desarrolla en un ámbito no-terapéutico.

El acuerdo en mediación familiar no tiene por qué ser necesariamente justo desde el punto de vista jurídico. A diferencia de un proceso de conciliación, el mediador facilita un acuerdo consensuado entre las partes que no tiene obligatoriedad jurídica de cumplimiento, y que está basado en optimizar los pactos a los que las partes están dispuestas a llegar por el beneficio mutuo, mientras que el conciliador define unilateralmente un acuerdo tras haber escuchado a las partes, basado en principios de justicia e imparcialidad que emanan del Derecho, estableciéndose obligatoriedad para su cumplimiento.

Cuando hay niños involucrados en el sistema familiar, se aplica a su vez un enfoque de interés superior del niño, de tal forma que se priorizarán los beneficios para los niños por encima del de los adultos. No se debe confundir este ámbito con la mediación escolar, donde la mediación es aplicada a los conflictos que surgen entre escolares (con el profesorado y entre sí), para lograr soluciones sostenibles y pacíficas que no limiten las posibilidades a la expulsión del niño (temporal o definitiva) del centro escolar, y más bien conviertan la disputa en una oportunidad pedagógica de negociación y aprendizaje social.

La mediación se dirige con el fin de:

1) Alcanzar un acuerdo general sobre todos los aspectos afectados por la disolución del vínculo matrimonial o la terminación del concubinato.
2) Cuando lo que se busca es dirigirse a resolver exclusivamente un aspecto o tema específico que una o ambas partes quieren acordar.